Gárgola. Imagen de Robert Powell

Las gárgolas son monstruos mágicos muy feroces y de aspecto siniestro.

Estas criaturas voladoras tienen alas de murciélago, los ojos incandescentes, unos pequeños cuernos y la piel muy dura y cubierta por una capa de mineral que les permite pasar desapercibidas en las fachadas de edificios. De hecho, suelen confundirse con parte de la ornamentación de catedrales, torres y cementerios.

Originariamente, las gárgolas eran desagües esculpidos con formas de animales a los que un mago dio vida. Al ser creadas artificialmente no necesitan comer ni beber, así que cuando atacan lo hacen por el simple hecho de hacer daño.

Habitan en cualquier zona subterránea, donde acumulan los tesoros de sus víctimas, por lo que es habitual encontrarlas entre ruinas o cavernas. Sin embargo, cuando quieren cazar, suelen posarse en azoteas y tejados para tener una mejor visión de lo que acontece.

Gárgola buscando a su presa. Imagen de Tiago da SilvaGárgola buscando a su presa. Imagen de Tiago da Silva

Pueden atacar por sorpresa; permanecen inmóviles, como estatuas, hasta que su víctima está lo suficientemente cerca. Realizan entonces un ataque sorpresa para desconcertar al enemigo. Otra manera de atacar es lanzándose en picado; esta forma la usan cuando se encuentran en movimiento y es tarde para el ataque sorpresa.

Existen dos subespecies de gárgolas:

Kapoacinth

Es una gárgola marina que habita en cuevas submarinas. Sus principales enemigos son los elfos marinos, sirenas

Márgola

Son gárgolas verdaderamente feas, con la piel muy parecida a la piedra, de hecho, es bastante difícil distinguirlas de las demás rocas. Tienen garras muy poderosas que utilizan es sus ataques.

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