Las sílfides son semihumanas voladoras de aspecto delicado y con mucho encanto.
Físicamente, una sílfide tiene la apariencia de una elfa o una humana, muy bella y de rasgos suaves. Tiene alas de libélula y son transparentes o con manchas iridiscentes. Sus cabellos son largos y del color típico de una humana, aunque también pueden ser azules, verdes o violetas.
Son seres neutrales, de carácter amigable. Mantienen el aspecto juvenil durante toda su vida. Hablan en un lenguaje musical, propio de seres mágicos como duendes, dríadas y ninfas, con los que están emparentadas.
Las sílfides habitan en las alturas, ya sea en las montañas o en las copas de grandes árboles. Rara vez se las ve en tierra firme. Construyen sus nidos individuales en las laderas de las montañas o tallados en los árboles.
Una sílfide tiene capacidad de levitar innatamente. Su ágil vuelo es comparable al de pocos seres. Puede volar y moverse libremente, las alas sólo le sirven para coger impulso. Sin embargo, esta capacidad de levitar es de carácter mágico. Dejan de volar si se lanza contra ellas un hechizo que anule la magia.
Las sílfides tienen otras muchas habilidades mágicas como la de hacerse visible o invisible a voluntad y la de invocar elementales del aire.
Pueden tener descendencia con humanos o elfos. Una vez que la sílfide deposita un único huevo perlino, invoca a un elemental del aire para que proteja y dé calor al huevo hasta el momento de su eclosión. Las pequeñas sílfides tienen el aspecto de una niña humana, pero con dos pequeñas alitas. Estas pequeñas sílfides pueden alcanzar el ágil vuelo de las sílfides adultas a partir de los 10 años.